La historia gastronómica de un país a menudo está en sus calles y tabernas. Casa Bigote, en Sanlúcar de Barrameda, es un ejemplo. Situado en la desembocadura del río Guadalquivir, el restaurante guarda años de historia y la esencia de la tradición culinaria gaditana. Casa Bigote comenzó en los años 50, cuando Fernando Hermoso, “Bigote”, abrió una humilde taberna. Originalmente, solo servía manzanilla, emblema regional. Cerca de la playa, se convirtió en punto de encuentro de marineros y locales. Con el tiempo, evolucionó incluyendo oferta culinaria. En los 70, pescaito frito y guisos destacaron en el menú, atrayendo más comensales. Aunque cambian los tiempos, la devoción por calidad y tradición persiste. Casa Bigote apuesta por productos locales, destacando el langostino. Se adapta e incorpora nuevas propuestas, respetando producto y tradición. Hoy, liderado por la tercera generación de la familia Hermoso, Casa Bigote es más que un restaurante. Es historia viva de Sanlúcar, un homenaje a los sabores del mar y un refugio donde cada plato cuenta una historia. Visitar Casa Bigote es sumergirse en una experiencia gastronómica arraigada en tradición y pasión por el buen hacer. Es una parada obligatoria para quien busque la esencia de Cádiz.