Desde la cálida brisa de Sevilla hasta el bullicio de Madrid, el legado del restaurante “El Espigón” resplandece. Guiados por la pasión de una familia, este emblemático local celebra 40 años, reafirmando su compromiso con el paladar hispano. El inicio fue modesto, con una pequeña terraza y apenas ocho mesas, el aroma a mar y tradición comenzó a impregnar las esquinas del Espigón. El tiempo ha visto crecer este lugar, tanto en espacio como en renombre, pero siempre anclado a sus raíces familiares, con la hermana del propietario abriéndose camino en la capital y la siguiente generación tomando las riendas en Sevilla. Pero, ¿Qué sería de un restaurante sin su carta? El Espigón, cuyo nombre ya evoca los sabores del mar, se distingue por sus platos consolidados, frescos y tradicionales: desde la dorada y el lenguado, pasando por el pescado frito, hasta los manjares como la gamba y el langostino. Aquí, cada plato refleja la esencia del mar, con recetas que varían según la temporada pero mantienen su esencia inalterable. Sin embargo, más allá de la gastronomía, resalta un valor fundamental: la comunidad. Tal y como refleja su asociación con el Club de
Oro, existe un fuerte sentido de camaradería y apoyo mutuo. Tras décadas de existencia, en el Espigón no solo se sirven platos, sino también historias, tradiciones y la calidez de una familia que sigue recibiendo con los brazos abiertos a todos aquellos que desean degustar un trozo del mar en pleno corazón de España.